Honda nos ha traído hasta Florencia para presentarnos el nuevo SH125i, también conocido como Scoopy. Un Scooter de “rueda alta” que lleva entre nosotros desde 1984, primero movido por motores de 2T y desde 2001 por un 125 de 4T, inicialmente alimentado por carburador, después por inyección electrónica (PGM-Fi) y desde 2012 usando el motor eSP (enhanced Smart Power), el del “start/stop”. Adaptaciones que lo han mantenido en el “candelabro” que diría aquella, haciendo de él un verdadero icono en no pocas ciudades italianas y también en Barcelona. Honda lleva vendidos más de un millón de SH, doscientos mil de ellos en España.

Los cambios introducidos en la versión 2017 recaen, fundamentalmente, en la estética y el equipamiento, han ajustado el motor y han practicado algunos retoques en la parte ciclo.

Por fuera

Estéticamente, el frontal ha sido completamente remozado. Se estiliza, pierde redondeces y recibe nuevas molduras. Gana agresividad. Otro tanto sucede con las tapas laterales. Los rebordes son ahora más pronunciados y las formas más angulosas. No ha quedado un rincón sin remodelar evitando, eso sí, que deje de ser y parecer un Scoopy.

El sistema de iluminación es completamente nuevo. Faro, piloto trasero y luces de posición son ahora de tipo LED. La llave de contacto pasa a ser electrónica denominada “Smart Key” de proximidad –dos metros de acción-, que activa los conmutadores del contacto, del bloqueo de la dirección y del acceso al asiento/combustible.

Debajo del asiento sigue cabiendo un casco integral. La guantera delantera crece en tamaño e incorpora una toma de 12V. El tapizado del asiento es nuevo. La textura del mismo cambia en la zona del pasajero y han revisado las formas de las asas de sujeción.

El panel de instrumentos ha sido rediseñado. Mantiene la tripleta de relojes pero ahora el velocímetro gana presencia, cambia el fondo blanco por el negro e incorpora el indicador de consumo instantáneo. Estas son las mejoras que se ven.

Por dentro

La planta motriz, como ya hemos dicho, sigue siendo la eSP “star/stop” aunque han trabajado sobre la programación de la inyección electrónica y han rediseñado la caja de filtro del aire. Medidas que han permitido adecuar las emisiones a la normativa Euro 4 sin menoscabo en el rendimiento. Al revés. Ahora la potencia máxima se incrementa en algo más del 3% hasta llegar a los 12,21 CV a 8.500 rpm. El par motor máximo también crece. Concretamente en un 4,5% (1,17 kgf/m) solo que ahora llega a 7.000 rpm, 500 vueltas más tarde. El consumo oficial declarado, según el protocolo WMTC, es de 2,11 l/100. Decir, también, que la batería pasa de 6 a 7 Ah.

El chasis, la distancia entre ejes (1.340 mm), el lanzamiento y el avance (26º/85mm), la altura del asiento (799 mm) y el tamaño de los neumáticos se mantienen. Las llantas se han rediseñado y las gomas pasan a ser las Michelin City Grip sin cámara. El peso se ha visto incrementado en poco menos de dos kilos (136,9 kg). Las suspensiones (recorrido y estructura) tampoco cambian aunque han ajustado los reglajes hidráulicos del amortiguador trasero reduciendo un 15% el freno –los muelles no se han tocado- en busca de un mayor confort.

Sigue la versión CBS con asistencia en la frenada (acción combinada en ambos ejes de forma automática) y la versión con ABS de dos canales.

Esos son, fundamentalmente, los cambios. Toca subirnos en él para ver qué tal le han sentado. Y lo haremos por las calles de Florencia. Bonita ciudad para probar un scooter. Ya lo creo.

Callejeando

A los mandos no te sientes encajonado. Hay espacio. La distancia entre el escudo y las rodillas es considerable. Los usuarios de estaturas altas no tendrán problema.

Arranca sin brusquedades, aunque salgas con el gas «a fondo». Honda sigue sin querer asustar a los conductores nóveles. Pero que no asuste no quiere decir que no acelere. Lo hace, aunque sin estridencias. No es un scooter lento.

El embrague «engancha» y «desengancha» con una suavidad digna de mención. El ajuste entre transmisión y motor permite un facilísimo control de la entrega de par a muy baja velocidad. A los tres segundos de estar detenido, el “Idling stop” apaga el motor. Me gusta. Por la sensación de serenidad que transmite el silencio y por evitar el malgasto. Después, el encendido es inmediato. No hay retardo.

Uno de los puntos flacos del anterior SH era la suspensión trasera. No era especialmente confortable. Aunque el asiento del nuevo SH sigue siendo duro, el ajuste de las suspensiones antes comentado, se ha notado. El nuevo SH ha ganando en comodidad. Y os aseguro que no hubiera sido fácil encontrar mejor banco de pruebas que el descuidado pavimento florentino.

Es ligero. Es estrecho y el ángulo de giro sigue siendo más que suficiente para moverse entre los coches parados.

Los retrovisores son nuevos. Me han parecido más grandes. Pero para mi gusto les falta algo más de profundidad de campo. No obstante, creo que son más útiles que los anteriores.Zigzaguear es sumamente fácil. El SH ofrece todo lo que se espera de un buen scooter.

En cuanto a la capacidad de carga, sigue cabiendo un casco integral bajo el asiento. Mantiene el útil gancho tras el escudo e incorpora un práctico gancho de goma –desmontable- para colgar el casco y asegurarlo con el cierre del asiento.

La capacidad de la guantera es escasa y no hubiera estado de más un material más consistente para su tapa y una solución más seria para el cierre. Sería uno de los pocos reproches que le podemos hacer en materia de terminación y acabados. Y es que estamos ante uno de los scooters de 125 mejor acabados del mercado.

En resumen: el Scoopy sigue siendo un scooter práctico y fácil de conducir por ciudad, que ha ganado en comodidad gracias a la intervención en la suspensión trasera.

Estrada

Hicimos algo de carretera. Una pequeña excursión por la campiña toscana. Entre curvas, la posición de conducción adelantada y erguida, el aplomo en curva gracias a las llantas “de moto” y los nuevos Michelin City Grip, permiten mantener una conducción “dinámica” por encima de lo que se espera de un scooter.

Para mi gusto, al freno delantero le ha faltado un poquito más de mordiente en la primera parte del recorrido de la maneta. Algo que sí tiene el trasero. Después, si aprietas, aparece la potencia. El ABS está bien ajustado.

Mi unidad de pruebas incorporaba una pantalla frontal parabrisas/cubre-manos que me ofreció una protección casi total. Si piensas usarlo en el día a día, es un elemento muy recomendable. Llaneando, el incremento de potencia nos hace pensar en una mejora de la velocidad de crucero. Algo que comprobaremos en cuanto llegue a España y podamos probarlo a fondo.Por carretera es difícil encontrarle una tacha tratándose de un scooter de 125

El consumo promedio, según el ordenador de a bordo, fue de 2,7 l/100. Un valor sorprendente teniendo en cuenta que la mayor parte del recorrido fue por carretera y lo hicimos “a fondo”. En el depósito caben siete litros y medio lo que nos habría dado para unos 275 km. No está nada mal.

Por carretera, francamente, es difícil encontrarle una tacha teniendo en cuenta que se trata de un scooter de 125.

Conclusiones

Honda ha revisado la estética, ha mejorado sustancialmente el equipamiento, ha afinado el funcionamiento y todo sin tocar los precios. La versión con ABS sigue a 3.589 € y la de ayuda en la frenada con el sistema combinado CBS a 3.389 €. Una buena noticia para los que estéis pensando en su adquisición. Ah, por cierto, Honda España lo entregará con el Top Box (maleta trasera) sin sobreprecio. Estará disponible en negro “Nighstar Perlado”, blanco “Cool Perlado”, plata “Lucent Metalizado” y rojo “Splendor Perlado”.

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