Aunque no son, precisamente, unos scooters económicamente asequibles, los nuevos Honda Forza 125 y Yamaha XMAX 125 son dos de los modelos más populares de su cilindrada. Un éxito que se debe, principalmente, a su calidad tecnológica, sofisticación en cuanto a diseño y acabados, y, por supuesto, a un equipamiento de primerísimo orden. Por todo ello, y mucho más, son los auténticos reyes del cuarto de litro.

Honda y Yamaha mantienen una rivalidad extrema en muchísimas categorías del mundo de la moto y el scooters, ser las dos marcas japonesas de referencia crea un continuo conflicto de intereses que, en muchas ocasiones, les lleva a competir por el número uno en muchas de las categorías en las que coinciden. Un buen ejemplo es la de los scooters 125 GT, donde compiten con dos auténticas bestias tecnológicas como el Honda Forza y el Yamaha XMAX, eternos rivales destinados a verse las caras temporada a temporada.

Este año nos encontramos ante dos nuevos modelos, cuyo principal leitmotiv ha sido la evolución de sus motores a la normativa de emisiones Euro5. Un proceso en el cual se han visto envueltos todos los fabricantes pero que, en esta ocasión, Honda a aprovechado para hacer un cambio más en profundidad tanto a nivel mecánico como estético. Por su parte, Yamaha, dada las buenas ventas de su XMAX Euro4 y la excelencia alcanzada por este modelo, centró sus esfuerzos principalmente en el apartado mecánico, aunque con la llegada del nuevo motor con tecnología Blue Core, haya desencadenado en cambios secundarios como un incremento en el recorrido de la suspensión posterior o la disminución del peso.

Siempre enfrentados


En ninguno de los dos faltan ayudas a la conducción como el ABS o el control de tracción, desconectable, de serie.

Está claro que la pugna entre el Honda Forza 125 y el Yamaha XMAX 125 es siempre muy ajustada, el marcaje entre ellos es férreo, aunque existen algunos apartados en los que cada fabricante ha sabido imprimir su sello personal para diferenciarse. El principal es, como podéis observar, su estética, donde encontramos la misma calidad de siempre, con unos diseños muy reconocibles que dan lugar a una calidad de acabados y de fabricación simplemente espectaculares.

Aunque ambos pertenecen a la categoría GT, reconocida por el tamaño de sus integrantes, ambas firmas han sabido crear unos modelos que resultan lo suficientemente compactos para promover su funcionalidad urbana y, al mismo tiempo, lo bastante espaciosos para proporcionar un confort de marcha muy superior a la media de la cilindrada. En cuanto a sus proporciones, las cifras varían muy poco, por ejemplo, ambos tienen el mismo ancho, en distancia entre ejes únicamente los separan 65 mm en favor del XMAX y, en peso, el Forza se muestra 4 kilos más ligero. En definitiva, un total de 162 kg para el scooter de Honda y 166 kg para el de Yamaha que, todo sea dicho, tampoco es demasiado para unos GT.

El peso, en los dos, ronda los 160 kilos, lo que es un cifra bastante contenida para tratarse de unos gran turismo.

Y es que nos encontramos ante unos gran turismo que nos proporcionan toda serie de lujos y comodidades para hacer de nuestros desplazamientos lo más placenteros que sean posible. En este aspecto, disponen de una posición de conducción muy agradable, reforzada por unos asientos enormes con apoyos lumbares y con una altura algo superior en el Yamaha (800 mm en el XMAX y 780 mm en el Forza) o unas plataformas reposapiés lo suficientemente espaciosas para que incluso podamos estirar las piernas en trayectos de largo recorrido.

Al mismo tiempo, se ven claramente reforzados por unas carrocerías muy envolventes, entre las que destacan sus amplios escudos frontales y unos efectivos parabrisas. Especialmente en el caso del Honda, en el cual, dispondremos de una práctica y cómoda pantalla regulable eléctricamente en un rango de hasta en 180 mm. Una cualidad, en parte compartida por el Yamaha, aunque en su caso únicamente es regulable en dos posiciones y con la necesidad de herramientas.

Clase premium


Su confort de marcha y protección son sólo dos de sus numerosos argumentos de venta, posiblemente, incluso eclipsados por su equipamiento de serie que alcanza un nivel que puede ser clasificado, sin ningún tipo de dudas, como premium. A la cabeza de su listado de serie se encuentran sus apartados de iluminación, por supuesto, basados en la tecnología LED por sus enormes ventajas en cuanto a visibilidad y eficiencia energética.

En el caso del Forza está presente en todos los dispositivos, mientras que en el XMAX se ha integrado en todos menos en los intermitentes. No hay ninguna queja en cuanto a sus resultados, ya que además de destacar por el buen gusto de sus formas, especialmente en lo referente a sus ópticas anteriores, también lo hacen en sus capacidades para iluminar y hacer que seamos vistos fácilmente entre el tráfico.

Otra muestra de su calidad la vemos reflejada en sus cuadros de instrumentos, con diseños muy sobrios y elegantes, caracterizados en ambos, por emplear la fórmula tradicional que combina dos esferas de gran tamaño (para velocímetro y cuentavueltas), con una pantalla LCD entre ellas. Estas últimas nos obsequian con un magnífico nivel de información gracias a sendos ordenadores de abordo que nos mantendrán al tanto de diversos parciales, todo tipo de consumos, periodos de revisiones y temperaturas ambiente o mecánicas. Datos a los que tendremos fácil acceso en los dos, ya que ambos cuentan con distintos botones y pulsadores colocados en sus manillares.

A pesar de esta enorme cantidad de información, la visibilidad es excelente en los dos gracias a lo ordenado y limpio de sus diseños, ambos, con fondo negro tanto en el caso de las esferas como en las pantallas LCD. Cabe destacar el tamaño de los dígitos del Yamaha para aquellos que flaqueen un poco más de la vista y, respecto a los reflejos ocasionados por la luz ambiente, los resultados del Honda, ya que incluso la luz trasera directa no nos afectará en este aspecto.

Los mejores de la clase

A parte de proporcionarnos toda la información necesaria, desde los tablieres de mandos también podremos estar al tanto del funcionamiento de los diversos gadgets electrónicos disponibles como son: los sistemas de paro al ralentí o algunas ayudas a la conducción como el ABS o los controles de tracción de serie que, además, son desconectables. Tampoco falta la cada vez más extendida llave de proximidad, sin duda uno de los detalles más cómodos y prácticos, ya que centraliza un motón de funciones como el bloqueo de dirección, arranque, apertura del deposito de gasolina o, muy importante, el acceso a las diferentes soluciones de carga.

En este último aspecto, dispondremos de un buen puñado de soluciones que nos harán la vida mucho más fácil y cómoda. Comenzando por los habitáculos que hay bajo sus asientos, en los dos podremos guardar dos cascos integrales muy sobradamente, aunque en el caso del Yamaha el espacio sobrante parece un poco mayor. A parte de ello, hay detalles a destacar como la posibilidad de compartimentar el espacio o un pequeño hueco oculto en el caso del Honda, o, en el del Yamaha, algunas zonas tapizadas para proteger los objetos o la existencia de una luz de cortesía.

Junto a ellos, nuestros dos invitados también nos proporcionan una serie de guanteras situadas tras los escudos para guardar objetos más pequeños. En el caso del Yamaha es el más solvente en este aspecto, ya que nos ofrece dos de ellas y con una capacidad muy similar; la derecha, con cierre por presión y, la izquierda, con la apertura controlada por el cierre de proximidad y con una toma de 12V en su interior.

En el caso del Forza dispondremos de una en el lado izquierdo con la apertura dependiente del sistema Smart Key, tiene una profundidad considerable y, en su interior, de color blanco para localizar fácilmente los objetos que depositemos, hallaremos una toma de corriente USB Tipo C que no necesita de adaptador para conectar nuestro móvil como en su rival.

Ecológicos y eficientes

Como ya hemos comentado, uno de los principales motivos para actualizar ambos modelos ha sido la necesidad de transicionar sus motores de la homologación Euro4 a la Euro5, una situación que ambos fabricantes han logrado solventar de forma muy simple y eficiente gracias al poder tecnológico que poseen. De hecho, solamente han tenido que confiar en sus propulsores más ilustres en la cilindrada que, eso sí, disponen de una configuración idéntica: monocilíndrico refrigerado por líquido de ciclo 4 tiempos con culta SOHC de 4 válvulas.

En el caso del Forza nos hallamos ante la versión top (con culata de 4 válvulas) de las prestigiosas mecánicas eSP+, disponibles en diversos modelos de la gama Honda de scooters y mundialmente conocidas por emplear las últimas tecnologías de baja fricción. Por su parte, Yamaha, confía en la calidad tecnológica y sofisticación de su motor Blue Core, con una arquitectura también muy compacta y súper eficiente que cuenta con un detalle tecnológico tan distintivo como es el sistema de distribución variable VVA.

En lo referente a prestaciones los dos desarrollan una potencia (de 14,4 CV a 8.750 rpm en el Honda y 12,2 CV a 8.000 rpm en el Yamaha) que se encuentran muy cerca de los límites máximos exigidos para el carné A1. Respecto al comportamiento, destacan por una exquisita suavidad de funcionamiento y una muy baja rumorosidad. Por otro lado, su alta eficiencia les permite alcanzar un consumo medio de 2,6 litros a los 100 km en el caso del Forza y 2,8 litros en el XMAX, lo que sumado a una capacidad de sus depósitos de gasolina de 11,5 y 13 litros respectivamente, arrojan una impresionante autonomía teórica de más de 400 km.

Pero con la llegada de la Euro5 no todo han sido ventajas, aspectos como la aceleración y la recuperación se han visto afectados por las altas restricciones de esta normativa. Debido a ello, se han suavizado las aceleraciones desde parado y, sobre todo, se puede observar cierta lentitud a la hora de recuperar a media velocidad. En nuestras unidades de pruebas, que en ambos casos contaban con apenas 1.000 km de rodaje, el Honda marcaba ciertas diferencias a su favor en ambos aspectos e, incluso, en velocidad punta, donde el GT de la firma del ala dorada llegaba a superar los 120 km/h aunque fuera por poco.

Equilibrio total

Lo bueno de nuestros invitados es que, lo que puede que les falte en prestaciones, lo compensan sobradamente con un comportamiento de la parte ciclo espectacular. Un hecho que les permite ser muy eficaces incluso en carretera, donde la estabilidad, en cualquier circunstancia, esta plenamente asegurada. La igualdad en este apartado es tremenda entre ambos fabricantes, coinciden en muchos aspectos como por ejemplo las medidas de las llantas y los neumáticos ( 120/70 x 15” delante y 140/70 x 14” detrás) o, también, en la selección de unos reconocidos Michelin City Grip como gomas de primera monta. Todo ello, junto a unas distancias entre ejes de 1.570 mm en el XMAX y 1.505 mm en el Forza, les permiten ofrecer un muy buen compromiso entre agilidad y estabilidad, demostrando un muy buen comportamiento tanto en los cambios de peso en carretera, como a la hora de zigzaguear entre atascos.

Respecto a las suspensiones, se mantiene la igualdad, ya que ambos apuestan por la tradicional combinación entre una horquilla telehidráulica para el eje anterior y un par de amortiguadores, regulables en precarga, para el posterior. Lo único en lo que se diferencian es en el recorrido, más generoso, en ambos trenes, en el caso del Yamaha. El comportamiento es bueno en los dos, sobre todo en lo que se refiere a la horquilla donde ambos trabajan de forma impecable. Detrás, el sistema de anclaje directo de los amortiguadores les confiere unas reacciones un tanto secas, y aunque en general son bastante respetuosos con el confort de sus ocupantes, a la hora de superar baches de cierta profundidad o superar juntas de dilatación muy pronunciadas, pueden reaccionar de forma un tanto brusca.

En frenos lo mismo, ambos se conforman con un disco en cada eje, una vez más, con mayor diámetro en los utilizados por el scooter de la firma de los diapasones, pero con la misma combinación en cuanto a pinzas; de dos pistones delante y simple detrás. En los dos casos, como ya hemos comentado, asistidos por un sistema de frenada ABS de última generación con un nivel de intrusión bastante bajo en los dos. Comparativamente, el Yamaha parece un poco más potente en este aspecto, su tacto es más directo y reacciona con más inmediatez. Las levas del Forza cuentan con un mayor recorrido y nos confieren un tacto más agradable y dosificable, pero el mordiente de su pinza anterior no tiene la consistencia de su rival en frenadas fuertes.

Sea como sea, en una valoración general, destacaríamos el comportamiento del Forza en el ambiente urbano, su bajo centro de gravedad le hace ser muy estable a baja velocidad, lo que sumado a su excelente radio de giro, le permite ser muy maniobrable y competitivo entre el tráfico. Por su parte, el XMAX, que también se erige como un muy buen urbanita, donde más sorprende es en carretera. Su paso por curva es espectacular y demuestra una agilidad sensiblemente superior en trazados sinuosos, algo que, por otra parte, Yamaha tiene tradicionalmente muy bien solventado en la saga MAX.

Fuente: motos.net